El arte social

La expresión plástica se ha constituido, a lo largo de la historia del ser humano y de los pueblos, en una herramienta indispensable que permite fusionar la imaginación con el trabajo individual y el colectivo, mientras los elementos estéticos de esta expresión plástica entren en una acción generaran zonas autónomas y libertarias de creación, apoyo mutuo, colectivo o individual.

Siempre habrá gente que experimente cierto tipo de sensaciones frente a una pinta en una barda, una manta, un mural, frente a un esténcil, un sticker, un grafiti, un volante, frente a una instalación, una pintura, una canción, un cartel, un poema, por lo tanto, este tipo de expresiones estéticas y su mensaje son susceptibles de estar vinculadas a una presentación de la realidad social, es decir, presentan ante la persona, (o personas) que observan o experimentan con sus sentidos, un mensaje de ciertos hechos que no tienen difusión o cabida en medios masivos de comunicación, que son negados por estos, y donde este tipo de expresiones son tachadas de irracionalidad casual y de actos vandálicos.

Expresiones irracionales, casuales y actos vandálicos son los términos utilizados por los medios de comunicación el servicio de cualquier Estado para criminalizar la expresión plástica individual y colectiva de una sociedad que constantemente encuentra en estas expresiones un ejercicio de libertad, de liberación y de denuncia del hecho social, económico y político que la reprime.

En la actualidad las pocas expresiones artísticas que llegan a ser de conocimiento publico se encuentran en museos que hostigan el contacto visual y estético que podría tener el observador con la obra en exposición fomentando la idea de que la obra tiene un contenido inalcanzable por lo que es necesario aplicarle miles de métodos de vigilancia desde cámaras de seguridad, guardias abotargados, cadenas, o líneas limites de observación, alarmas de movimiento y de contacto que generan en las personas la experiencia de ser observadas, de ser vigiladas, de que son sospechosas desde el momento de entrada. Este tipo de experiencias suceden lo mismo en una librería, en un teatro, una biblioteca, en una galería y en lugares que se supone permiten llevar a cabo la experiencia de la apreciación estética.

Mas sin embargo la sociedad que no puede y no quiere sustentar este tipo de centros “que salvaguardan la cultura” ha generado sus propios espacios de expresión utilizando muros, bardas, mantas, publicaciones, blogs, sitios de internet, ocupando espacios habitacionales, implementando el teatro social, creando géneros musicales, construyendo radios comunitarias con el único fin de acercar y generar una expresión plástica y estética libre a la sociedad para que haga frente a la cultura del consumismo y su “arte” a veces inalcanzable y siempre desechable.

La expresión plática y estética entendida como arte social debe estar siempre ligado al acontecer cotidiano pues es un principio fundamental de conocimiento de integración y de apoyo mutuo.

El arte social nos permite generar líneas de resistencia y de identidad, nos permite generar lazos de conocimiento con otros pueblos, permite entrelazar el conocimiento científico y humanístico, muestra las injusticias, abre caminos ante la represión, genera y acumula memoria histórica, el despreciar el arte social indicaría que estamos a merced física y mentalmente del capital y que por lo tanto estamos muertos.