Este esfuerzo colectivo de difusión de las ideas libertarias, ha enfrentado varias interrupciones a lo lago del último año, pues estaba planeado en ediciones bimestrales, el numero cero, sería distribuido en mayo de 2006, este número estaba prácticamente terminado, pero el ataque del estado los días 3 y 4 de mayo a los poblados de Texcoco y San Salvador Atenco, nos afectò de manera directa; tras la violencia, la tortura, las vejaciones y la cárcel, este grupo de compañer@s que intentamos abrir la Puerta Negra, insistimos en su publicación, a pesar del desgaste personal y colectivo que ha representado para nosotr@s la represión de hace un año.
Ya explicado lo anterior, quiero compartir un pequeño fragmento que me ha permitido continuar, a pesar de la violencia generalizada y el acto misógino del estado y sus cuerpos represivos. Es un reconocimiento a las compañeras detenidas el día 4 de mayo, que estuvieron cerca de mi, en ellas pude reconocer la fuerza de la solidaridad el amor y el apoyo mutuo.
...’. En la aduana del penal de Santiaguito, después de nuestra detención ilegal, los golpes la tortura y un traslado de horas, me colocaron frente a la pared, mirada al suelo, manos en la nuca estaban cateándonos por sexta vez; estaba sin fuerzas y mareada no lograba entender lo que pasaba en mi alrededor, no escuchaba, solo había un zumbido agudo en mi cabeza, que me aturdía, todo comenzó a darme vueltas el piso se movía, me tambaleaba. Alguien me toco dulcemente y comenzó a hablarme, intentaba focalizar esa silueta pero el mareo era más fuerte, la voz insistía y continuaba hablando, después de unos instantes pude escuchar con claridad esa voz, era de una mejer joven, me dijo:
-Compañera, no estas sola estamos juntas. Resiste que ya paso lo peor, mírame, estamos juntas.- Yo asentí con la cabeza, no me atreví a hablar tenía miedo.
Momentos después, empujaron a otra mujer junto a mí, ella gritaba desesperada – ¿Por que me hicieron esto? Yo soy una mujer de trabajo, ¿por que? dios dame fuerza- Ella gritaba y rezaba, la toque y comencé a hablarle, de la misma forma en que lo había hecho Norma la compañera que evito mi desmayo momentos antes, María Luisa comenzó a tranquilizarse, se puso serena dejo de llorar y escuchaba atenta, después pasado un rato, llevaron a otra mujer junto a Maria Luisa y escuche como le hablaba y la calmaba.
Más tarde un policía, nos llevo por un pasillo hacia el comedor del penal, en ese momento pude ver que delante de mi, habían muchas mujeres y detrás también, era una fila de mujeres que se había entrelazado, habíamos hecho una gran cadena de solidaridad, a pesar del miedo, a pesar de las represalias todas juntas habíamos podido vencer el miedo, sabíamos que estábamos juntas que la fuerza regresaba a nuestros cuerpos, que a pesar de todo habíamos ganado, que no habían logrado rompernos.
Ahora, son cinco mujeres que se encuentran presas en Santiaguito, siguen luchando incansablemente, dignas resisten el encierro. Esta historia como muchas más no es de derrota, pues a pesar de todo, de la política del terror no nos vencieron, seguimos luchando por la libertad; ellos los asesinos, los torturadores no pudieron arrebatarnos este anhelo.
Salud, Libertad y Anarquía.
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1 comentario:
Gracias por su valentía.
No sabríamos que hacer sin mujeres como ustedes.
¡el puño de la mujer, atenta contra el poder!!
saludos combativos
ocho años y seguimos
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